Los volantes de inercia eléctricos pueden ahorrar hasta el 25% de consumo en un autobús

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Acaba de presentarse el primer autobús equipado con un volante de inercia eléctrica y que puede ahorrar hasta el 25% de combustible y cuya inversión se amortiza en menos de cuatro años. Como hemos dicho en varias ocasiones, las grandes ciudades están sufriendo altos niveles de contaminación y no solo los culpables son los coches. Hay que mirar muy de cerca al transporte público, a los autobuses, taxis... Por ello se están realizando grandes avances en materia de ahorro de consumo y hoy vamos a hablar de los volantes de inercia eléctricos como paso previo a la llegada de los autobuses eléctricos. La ciudad de Londres será la primera en recibir los primeros autobuses con este volante de inercia eléctrico. Este novedoso volante de inercia está compuesto por un motor eléctrico que recoge la energía de la frenada. Cuando el conductor frena, un motor de tracción situado en uno de los ejes es el encargado de frenar al vehículo y de generar simultáneamente electricidad. Cuando el conductor acelera este sistema funciona de una forma inversa empleando esta energía generada en combustible para alimentar al motor térmico. Esto reduce significativamente el trabajo realizado por el motor de combustión mejorando su eficiencia en hasta un 25%. El volante de inercia eléctrico es una alternativa de bajo coste a los híbridos de baterías convencionales, aún muy caros por lo que de cara a un ayuntamiento es complicado justificar su inversión, los volantes de inercia eléctricos no costaría tanto. Los responsables estiman que la inversión se amortiza en unos 3 o 4 años. Este tipo de volante de inercia fue estrenado en la competición este mismo año ayudando al equipo Audi Motorsport a conseguir su tercera victoria consecutiva en las 24 horas de Le Mans. Este es un claro ejemplo de la importancia de la competición en este sector. Pero no solo tenemos que centrarnos en los autobuses porque los volantes de inercia eléctricos pueden aplicarse en camiones de entrega, en vehículos industriales y sobre todo, en vehículos pesados. Un ahorro del 25% con una inversión que se amortiza en menos de 4 años es muy interesante para las empresas por lo que no es de extrañar que en pocos años veamos coches microhíbridos con este sistema.