Los fabricantes tienen el miedo en el cuerpo o, al menos, eso es lo que nos acaba de demostrar Razer. La compañía tenía pensando lanzar su nuevo medidor de actividad, Nabu, para finales de marzo, sin embargo, los planes de la firma han cambiado. De acuerdo con un email enviado por la marca a los desarrolladores, la pulsera inteligente se encuentra todavía siendo examinada por profesionales e inspeccionada para garantizar que es 100% hipoalergénica, de forma que no se pondrá en circulación hasta finales de mayo o principios de junio.
Parece más que claro que la problemática surgida entorno al modelo Force de Fitbit ha puesto en alerta a compañías como Razer, que ahora no se la quieren jugar en algo tan delicado como la salud de sus usuarios. La alarma con el sucesor del Flex surgió a mediados de febrero, cuando Fitbit se vio obligada a parar la venta de su pulsera por las quejas de compradores -unas 10.000, ojo- que habían experimentado sarpullidos e irritación al usarla. Está claro que ahora, más que nunca, hay que andar con pies de plomo.
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